no es casualidad. Tus oraciones por un cambio en tu vida han llegado al corazón de Dios. Soy Pao González, mamá, misionera y emprendedora, pero, sobre todo, una hija de Dios restaurada por Su gracia. Hace unos años, viví mi peor momento: un divorcio que no solo destrozó mi corazón, sino también mis finanzas. Me sentía rota, sin esperanza, pero en medio del dolor, Dios me abrazó, me levantó y me mostró un camino lleno de amor, propósito y libertad. Hoy, vivo una vida transformada, con paz y finanzas sanas, gracias a principios bíblicos que honran a Dios. Mamita, si Él lo hizo conmigo, puede hacerlo contigo. Este es el comienzo de tu milagro. ¿Te atreves a creer?